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martes, 15 de noviembre de 2016

Cómo empezaron las funerarias

A principios del siglo XX, se empieza a ver en Medellín la consolidación de las primeras empresas funerarias, con estas en 1912 nació la Funeraria Betancur en la ciudad, que sigue vigente en la actualidad, en ese entonces según lo indica Rodrigo Ospina, gerente de la Funeraria San Juan Bautista, en la ciudad había muy poca presencia de funerarias y existían muchos intentos de este tipo de empresa que prestaban un servicio de “garaje”. Algunas funerarias que dejaron de existir son la San José, Funeraria Universal y la Santa Lucía.  

Otras, siguen vigentes desde sus inicios como lo es la funeraria Prever, que se creó alrededor de los años 70, contando con más de 40 años de servicio; al igual que la Funeraria Gómez, creada en la misma época. Al pasar de los años, se fue ampliando el sector fúnebre, dando paso a funerarias como La Esperanza, creada en 1985 y Divino Niño, creada desde 1992 en Medellín pero cambió su sede a Guarne desde el 2007.

Es entonces a partir de los años cincuenta que en la ciudad inicia con más fuerza un interés por el sector funerario y surgen significativas empresas de este tipo. Entre esas empresas que nacieron en ese entonces, algunas aún permanecen en el mercado, como lo son la Funeraria Medellín, que nació en 1950 y hoy se llama Plenitud; en 1972 nació la Funeraria San Vicente, la cual es reconocida actualmente por su participación en el desfile de carros fúnebres antiguos; en 1990 nació la Funeraria San Juan Bautista.

Cabe resaltar, que a partir de la década de los setenta, en Antioquia con el surgimiento de las mutuales, (que eran las sociedades enterradoras del departamento) las cuales prestaban servicios funerarios a bajo costo, se abre paso para el modelo de empresa funeraria actual.

Rodrigo Ospina, gerente de la Funeraria San Juan Bautista recuerda cómo ha sido su experiencia en el sector funerario y la evolución que ha notado en él durante el tiempo que lleva trabajando con servicios fúnebres. Afirma Ospina que inicialmente, posicionarse en este sector, se presentaban grandes retos, principalmente por la forma en que las personas concebían este tipo de servicio, pues “la gente no estaba acostumbrada a pagar mensualmente una funeraria, ni siquiera consideraban el hecho de morir”. Sin embargo, con los años y gracias a la forma en que las funerarias empezaron a ofrecer sus servicios, el panorama ha cambiado notablemente.

Fue así, como el panorama del sector funerario se ha convertido  cada vez más en un negocio lucrativo e importante para la ciudad, y ha logrado apoyarse en las tecnologías y exigencias de la sociedad para seguir vigente en la actualidad.

Hoy en día, en el portafolio de servicios de las empresas funerarias se encuentran servicios que unos diez años atrás eran inimaginables e igualmente, la forma en que las personas conciben la muerte es completamente diferente. Una muestra clara de ellos es que Antioquia es la ciudad con mayor índice de cremación en el país, “La capital de Antioquia, pionera en el país en el desarrollo de la previsión exequial que se inició sobre la década de los setenta con las llamadas sociedades enterradoras (mutuales), tiene hoy una penetración en cremaciones de 68% (sobre  16.000 muertes anuales)” (El Universal, 2012).

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