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martes, 15 de noviembre de 2016

Preparación del cadáver hoy

Las funerarias de Medellín han evolucionado en los últimos años, tanto sus servicios como la manera de llevar a cabo sus tareas actualmente cuentan con diferencias abismales en comparación a años pasados.

Tal y como lo menciona Rodrigo Ospina, gerente de la Funeraria San Juan Bautista, hace unos veinte años hablar de preservar un cadáver o tanatopraxia era algo casi escalofriante. Debido a los mitos que en torno a esto surgían, pues en ese entonces dicho oficio se aprendía de forma empírica, hablando en palabras coloquiales: “con las uñas” y no contaba con exigencias de salubridad como ahora.

Muchas de las personas que se dedican al oficio de la preservación de los cadáveres, llegan a este sin buscarlo, como es el caso de Carlos Andrés Chaverra, quien es tanatólogo de la Funeraria San Juan Bautista, sin embargo, la mayoría de las empresas funerarias en Medellín, exigen que quienes realicen la preservación de los cadáveres cuenten con estudios previos sobre el tema.

Carlos Andrés lleva trabajando en el negocio de las funerarias hace más de seis años y desde muy joven tuvo la oportunidad de conocer de cerca cómo funciona y cuál ha sido la evolución que ha tenido. Su aprendizaje fue empírico, es decir, aprendió este oficio sin un estudio previo a través de la experiencia.

Carlos afirma que para preservar un cuerpo es necesario contar con una certificación del sena como tanatólogo, estar vacunado contra el tétano y la hepatitis. además, a la hora de la preparación es necesario tener puesto un traje antifluidos, unas botas plásticas blancas, una máscara antigases, la careta de protección facial y gafas antifluidos. 



En su trabajo como tanatólogo, ha preservado muchos fallecidos y pese a tener gran pasión por su trabajo, dice que lo más complejo en este oficio es la reconstrucción de cuerpos que llegan, especialmente la reconstrucción facial generalmente por muertes violentas.

Se pueden encontrar avances en la preparación: anteriormente se usaba formol vivo, por lo cual quedaban los cuerpos muy rígidos y pálidos, hoy en día la San Juan Bautista, utiliza una nueva fórmula que le da al cuerpo un aspecto más “vivo” y hace que quede menos pálido y menos tieso.  Ahora no se inyecta el formol en la pierna derecha, se abre el cuello y se inyectan las dos venas principales: vena carótida y la arteria.

Por otro lado, hay mayores exigencias en cuanto a la salubridad, especialmente para cuidar la vida de los preservadores/tanatólogos, quienes están expuestos constantemente a bacterias y diferentes enfermedades que presentan los fallecidos; los  guantes para recoger el cuerpo y manipularlo, además del uniforme correspondiente son indispensables para ejercer la tanatopraxia.

Los laboratorios de preservación, también han cambiado mucho, ya se manejan máquinas de inyección de mejor calidad, las mesas de preparación suben y bajan (anteriormente eran fijas), se usa una grúa para levantar los cuerpos pesados,  lo cual permite tener una mejor manipulación de los cadáveres. Hoy se cuenta con archivadores de acero inoxidable que evitan la permanencia de las bacterias, se utiliza peróxido para desactivar las bacterias, y se le aplica a los cuerpos un biogestor que mata las bacterias externas de los cuerpos.

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